viernes, 4 de febrero de 2011

Y sigue la manta dando...

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Como era de esperarse, el tema político de la actualidad es la mantita de Noroña -pues nadie menciona, más que de pasadita, a Mario di Costanzo y al otro PTista del que ni su nombre me acuerdo, pero apellidado Cárdenas, que es fácil de recordar por lo infame de ese apellido en México.

Uno de esos infames Cárdenas, de nombre José y diminutivo Pepe, apresura una perla atolística en su mini-columna de hoy: "A CADA CAMARITA, LE LLEGA SU NOROÑITA. Patético. En lugar de razones, enseña calzones. Para payasos, Brozo y Cepillín. Al cobarde de Noroña y sus compinches les falta mucho para ser “reatas”. Se les acaban los argumentos. La Pérfida Albión tiene razón. Urge cancelar el canal del Congreso. Le hace daño a los mexicanos. Pierde la izquierda. También el legítimo. ¡Esos son, esos son, los flatulentos, gordos y holgazanes que irán al paredón! Para que me entiendan."

El chisme del alcoholismo de Felipe Calderón lo comenzó de manera póstuma Carlos Castillo Peraza, aludiendo en una carta a los comentarios de pasillo escuchados acerca de la conducta del entonces flamante presidente nacional del PAN. José Cárdenas critica como el falso apostol del manual de Carreño las formas de Noroña, no el fondo de la misma: Noroña sabe perfectamente que no tiene pruebas de eso; tenía la palabra empeñada de responder a las peticiones de mexicanos de izquierda (y seguramente, también de centro, derecha, arriba, abajo o enmedio) a través de la presentación en la primera sesión de febrero de una exigencia formal en la Cámara de Diputados para solicitar a Felipe Calderón que, con fundamento en el art. 39 const., cese la estrategia actual de su GUERRA contra el narcotráfico y la modifique con el consenso ciudadano en el lapso de un mes, y no lo hizo. Prefirió utilizar su presencia en la Cámara para ejercer una protesta estúpida, absurda, infantil, pero sobre todo, inútil. 

Noroña no es tonto y sabía lo que se venía con esa mantita: no ganaría nada, no cambiaría nada, y el costo mediático sería previsiblemente alto ¿por qué lo hizo entonces? Ese sigue siendo el fondo del asunto, y eso es lo que un periodista de verdad debería estar buscando con vehemencia. José Cárdenas no lo es, y por eso se pasará los días hablando de la "degradación institucional" y demás slogans legaloides, como si no estuviaran podridas de antemano TODAS las instituciones del país, y como si fuera una mantita lo que las hubiera podrido.

Habría que preguntarse entonces ¿quién pierde con las acciones de Noroña? Él por supuesto, no. ¿Quién gana con ellas? ¿A quién beneficia que José Cárdenas, López Dóriga, Gómez-Leyva y todos los porristas a sueldo de Televisa se concentren en las malignas formas y no en el sospechoso fondo de Noroña?


López Dóriga cita en twitter a La Jornada, a Julio Hernández y hasta al propio Federico Arreola en el Sendero del Peje, donde se critica a Noroña resaltando el daño político al movimiento de AMLO, y hasta se establece (egocéntricamente) que el alcoholismo de Felipe Calderón es una calumnia (aunque en realidad es un rumor proveniente del mismo PAN)  ¡Aunque usted no lo crea! ¿Pero por qué?

¿Es que López Dóriga pretende defender el honor de AMLO citando las fuentes que lo desmarcan de Noroña? ¿O es que Arreola trata de desligar a AMLO de Noroña defendiendo a Calderón?
 ¿La Iglesia fraternizando con Lutero?

Un sospechoso galimatías... y por una mantita con ortografía del SNTE. Aquí hay encerrados como 100 gatos.

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